Mediante Resolución No. 156, la Superintendencia de Bancos reformó las normas sobre la liquidación de las entidades del sector financiero público y privado, específicamente lo dispuesto acerca de la duración del proceso de liquidación.
Antes de la reforma, el proceso de liquidación en ningún caso podría superar los dos años. Ahora, el proceso de liquidación será de hasta tres años, pudiendo ser prorrogado por un año adicional, previa solicitud debidamente sustentada por el liquidador y autorizada por el Superintendente.